España logró ganar a Ucrania por 1-0 en un partido donde no tuvo un control absoluto y, de hecho, sufrió en varios pasajes. El gol de Pablo García en la primera mitad fue suficiente para quedarse con la victoria, pero el equipo español mostró cierta fragilidad ofensiva y no logró generar muchas oportunidades claras.
En la segunda mitad, Ucrania buscó empatar y complicó la defensa española, sobre todo con su delantero más alto y fuerte, obligando a España a resistir más que a dominar. Al final, España se llevó el triunfo, pero con tensión y esfuerzo constante, dejando claro que el avance a cuartos de final fue más por eficacia que por superioridad clara en el juego.


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