El 29 de diciembre de 2022, el mundo se oscureció con la partida de Edson Arantes do Nascimento, el eterno Pelé. Hoy, dos años después, su nombre sigue resonando con fuerza en los estadios, los corazones y las historias de quienes lo vieron brillar y de quienes lo conocen solo por sus hazañas legendarias.
Pelé ; para muchos, sigue siendo el mejor de todos los tiempos. Con su carisma inigualable, su sonrisa contagiosa y un talento que parecía bendecido por los dioses del fútbol, conquistó tres Copas del Mundo con Brasil (1958, 1962 y 1970), marcó más de mil goles y regaló momentos que quedaron grabados en la memoria colectiva del deporte.
El Rey no solo se destacó por su dominio técnico, sino por cómo transformó el fútbol en arte. Su capacidad de anticiparse a las jugadas, su fuerza física combinada con la elegancia y su instinto goleador lo convirtieron en un ícono universal. Jugadores, entrenadores y aficionados de distintas generaciones coinciden en que Pelé llevó el fútbol a otra dimensión, abriendo camino para que el deporte se convirtiera en un fenómeno global.
A pesar de su grandeza en la cancha, su legado no se detiene allí. Pelé utilizó su fama para inspirar, para unir culturas y para promover el fútbol como una herramienta de paz y desarrollo. Fue embajador de la ONU y Unicef, abogando por los niños y por comunidades vulnerables en todo el mundo.
A dos años de su fallecimiento, se celebran homenajes en todo el planeta. Desde Santos, la ciudad que lo vio emerger como estrella, hasta los estadios europeos y las calles de los barrios más humildes, su figura sigue presente. Documentales, libros y murales lo mantienen vivo en la memoria colectiva, mientras sus goles se siguen reproduciendo en los recuerdos y en las pantallas.
Aunque el debate sobre quién es el mejor de todos los tiempos continúa, para muchos Pelé no tiene rival. Fue el pionero, el estándar por el que se miden todos los demás. Como dijo una vez Diego Maradona, «Pelé marcó el camino. A todos nos tocó seguirlo».