Universidad de Chile volvió a morder el polvo en su eterna lucha por volver a figurar en el concierto internacional. Esta vez, fue en Río de Janeiro, donde los azules cayeron por 1-0 ante Botafogo, quedando eliminados de la Copa Libertadores 2025 y acumulando ya 13 años sin superar la fase de grupos.
La noche pintaba distinta. Al minuto 27, el equipo brasileño se quedó con un hombre menos y todo parecía indicar que la U podía aprovechar la superioridad numérica para lograr la hazaña. Pero el fútbol, como tantas veces, fue cruel con el deseo y claro con la realidad.
Poco antes del descanso, Igor Jesús silenció las ilusiones con un gol que fue más que un tanto: fue un baldazo de agua fría para un equipo que no supo leer el partido ni encontrar los caminos. A pesar de contar con más espacio y tiempo con el balón, a la escuadra de Gustavo Álvarez le faltó fluidez, ideas y convicción.
Hubo chispazos. Un remate al palo de Charles Aránguiz en el segundo tiempo hizo soñar a la hinchada, pero el sueño duró poco. El pitazo final no solo marcó el fin de un partido, sino el cierre de otro capítulo amargo en la historia reciente del club.
Con la derrota, la U termina tercera en su grupo, con 10 puntos, por detrás de Estudiantes y el propio Botafogo. El consuelo: el pase a los playoffs de la Copa Sudamericana. Una oportunidad, sí, pero también una señal clara de que los fantasmas internacionales siguen presentes.
