En una temporada de verdadera transformación institucional y deportiva, Atlético Colina se alzó como campeón de la Tercera División A de Chile 2025 y logró el ansiado ascenso al profesionalismo, tras vencer contundentemente a Lautaro de Buin por 6-0 en la fecha decisiva y esperar favorablemente el empate de Colchagua CD.
Un golpe de redención
Hace solo un año, el club había “rozado la gloria” pero no logró el ascenso. En la temporada 2024, Colina concluyó quinto en la tabla general y se quedó fuera del objetivo principal. Sin embargo, esa experiencia dolorosa pareció servir de acicate para construir una campaña impecable en 2025: con foco, esfuerzo, recursos y un plan estratégico claro.
Trabajo directivo y técnico: clave del éxito
El éxito no fue casual. La directiva adoptó una hoja de ruta precisa: reforzar la infraestructura del club, optimizar la formación de juveniles, fortalecer el equipo profesional y generar respaldo sólido con patrocinadores locales.
El cuerpo técnico encabezado por Gustavo Sepúlveda imprimió un estilo ofensivo, dinámico y colectivo, que se tradujo en liderazgo permanente durante la competencia.
Patrocinadores, público y comunidad: los pilares invisibles
Detrás de los resultados visibles, hubo un ecosistema de apoyo. Desde la comuna de Colina hasta sponsors locales, el club sumó recursos y respaldo que permitieron profesionalizar procesos: equipo de trabajo, instalaciones aptas, hidratación, viajes, logísticas, comunicación corporativa. La hinchada, por su parte, respondió: en el Estadio Municipal Manuel Rojas del Río se vivió una tarde de fiesta total para sellar el título.
Compromiso institucional para reparar y avanzar
Este logro simboliza no solo un ascenso deportivo, sino un compromiso institucional del club con su comunidad, consigo mismo y con los funcionarios que trabajan día a día en el proyecto. Los daños del pasado—la frustración por quedarse corto, la inercia de procesos anteriores—fueron superados con voluntad, inversión y un modelo de gestión renovado.
¿Y ahora qué?
Con el trofeo en mano, Colina entra al profesionalismo con la segunda división profesional como nuevo escenario. El desafío será mayor, pero también lo será la recompensa: mayor visibilidad, mejores condiciones de competición, nuevos ingresos, mayores posibilidades de crecimiento. El “Gigante de Chacabuco” no solo volvió al profesionalismo, lo hizo a lo grande.
En definitiva, Atlético Colina demostró que los procesos bien concebidos, el trabajo colectivo, el respaldo institucional y el apoyo de la comunidad pueden convertir la decepción de ayer en la gloria de hoy. Y en este club, el gigante despertó para quedarse.
Agradecimientos a Atlético Colina y Fotos, Felipe Escobedo @delrio.fotos
